“Una experiencia humana gratificante y muy enriquecedora”: wwoofing, otra forma de descubrir las Landas y sus agricultores

Una veintena de granjas acogen a los participantes de WWOOF en el departamento de las Landas. Una forma diferente de viajar, descubriendo y apoyando la agricultura campesina landesa.
Levantarse a las 7 de la mañana. Limpiar el muelle de ordeño. Ir a la quesería a lavar los quesos moldeados esa mañana. Dar de comer a las gallinas. Luego, pasar la tarde disfrutando del campo o paseando por las Landas. A pesar de las apariencias, durante varias semanas, esta fue la rutina diaria de Catherine Dumont, de 65 años, una contable jubilada que vive cerca de Meaux, en Seine-et-Marne.
Para afrontar esta inusual rutina diaria, Catherine recurrió a la práctica del wwoofing. Un acrónimo que significa "Trabajando los fines de semana en granjas orgánicas". Cécile Paturel, empleada de la asociación Wwoof Francia, resume el concepto: "Vive y aprende ayudando a las granjas orgánicas y campesinas, donde te reciben como a un amigo que viene a echar una mano".
Sentirse útilGracias a esto, Catherine descubrió una de las 20 granjas miembros de la asociación en la región de las Landas. Esta fue la misión propuesta por Gilles Destenabes, pastor de cabras, quesero y agricultor desde 2016 en la comuna de Pécorade, a un paso de Geaune. Por segunda vez este año, visitó el lugar con su amiga Annick.
Para ella, WWOOFing es una forma de mantenerse activa y sentirse útil. "Necesito moverme, y entregarme es algo que me conecta", dice esta mujer, que ya va por su octava misión WWOOFing. Para elegir sus destinos, Catherine usa los filtros de la aplicación para seleccionar las regiones y el tipo de misión que le interesan. Llegó a Gilles Destenabes porque quería cuidar cabras. "Los mimos de las cabras son geniales; no pensé que pudieran ser tan tiernos", exclama.

Catalina Dumont
Catherine y su amiga también dedican tiempo a explorar la región. Visitaron Mont-de-Marsan y Eugénie-les-Bains durante su estancia en Pécorade. «Nos coordinamos con él» para organizar excursiones de un día, explica. Es una forma de que los WWOOFers descubran una nueva región mientras ayudan a un agricultor.
Transmitir conocimientosGilles ha estado dando la bienvenida a WWOOfers desde que lanzó su negocio, gracias a una idea de su hija, quien también ha participado mucho en WWOOFing. Para él, es una forma de tener compañía: "Si no, estoy solo con mis cabras y mi perro", dice. También le da una motivación extra. "Me permite realizar trabajos que no necesariamente habría hecho solo. Y a veces, cargar algo entre dos personas es más fácil", admite.
Sin embargo, Gilles Destenabes advierte contra la visión idealizada de WWOOFing. Favorece las estancias largas en su granja, ya que lleva tiempo explicar su funcionamiento, especialmente a quienes buscan aprender de la vida real. Pero insiste en que los woofers están ahí para "ayudar" y no para ser "mano de obra gratuita o encubierta".

Catalina Dumont
El criador valora los intercambios con quienes vienen a aprender el oficio o descubrir la región. Gracias a esta experiencia, ha visto surgir vocaciones. Un miembro de WWOOF al que acogió asistió posteriormente a una escuela de pastores en Pau. El joven ahora es pastor de montaña, una trayectoria profesional que Gilles ayudó a impulsar. «Antes de establecerse, es interesante poder formarse y ver diferentes métodos en varias granjas», añade.
“Reconectando con los vivos”El Wwoofing nos permite reconectar con la vida y nuestra comida al reconocer la falta de acceso a la tierra, explica Cécile Paturel. Para Catherine Dumont, es una experiencia humana, gratificante y muy enriquecedora. "Los anfitriones se hacen amigos, a menudo es difícil marcharse, a veces hay lágrimas. Por eso volvemos, dicho sea de paso", asegura, describiendo el Wwoofing como "algo que hay que hacer al menos una vez en la vida". Según ella, "este tipo de apoyo mutuo es algo que falta".
Una mentalidad que encaja a la perfección con Wwoof Francia. «Lo que promovemos es un proyecto de educación popular que aún cree en la ayuda mutua. Vemos que existe, que funciona y nos inspira fe en la humanidad», añade Cécile Paturel.
Catherine Dumont dice que está "deseando volver a la carga" y ya está buscando una nueva misión de WWOOFing para octubre. Esta vez, ¿por qué no explorar la viticultura y la cestería en la región de Creuse?
SudOuest